Juego 10: Dilemas morales. Un análisis de la teoría en la práctica

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Nicoll Vanessa Perez Velandia

El documento presenta un juego educativo llamado «Dilemas Morales», diseñado para promover la reflexión ética y la formación ciudadana entre estudiantes. Comienza explicando la importancia de crear un «Caso Problema» relevante que sirva como escenario para diversos dilemas, seguido por la importancia de establecer su propósito para proporcionar un enfoque claro y coherente a la discusión. Asimismo, se destaca la relevancia de dejar explícito el tema de debate y su vinculación con las metas de formación ciudadana para promover un ambiente de aprendizaje enfocado y alineado con los objetivos educativos. En este contexto, se promueve la utilización de mociones o preguntas orientadoras para establecer la tesis central que guía el debate. Se presentan también las metas de formación ciudadana como una hoja de ruta fundamental para el desarrollo de ciudadanos conscientes, participativos y comprometidos con la construcción de una sociedad justa y equitativa.

El juego se centra en la presentación de dilemas morales a través de historias con personajes que enfrentan situaciones desafiantes, seguidas por descripciones detalladas de los dilemas morales y el análisis de los fundamentos morales subyacentes. Se resalta la importancia de estructurar los dilemas de manera específica y clara para garantizar una comprensión amplia, evitando la sobrecarga de información. Además, se destaca la necesidad de presentar argumentos a favor y en contra de manera atractiva para fomentar un debate enriquecedor en clase. Finalmente, se describe la importancia de cerrar las historias con finales que conectan a los personajes, facilitando un análisis más profundo de las implicaciones éticas y promoviendo una discusión más enriquecedora y centrada en situaciones específicas.

Desde mi experiencia como estudiante activo y matriculado en la materia de DEBATES, el juego educativo «Dilemas Morales» está diseñado para promover competencias ciudadanas entre estudiantes, fomentando la reflexión ética, el pensamiento crítico, la empatía y la comprensión de las diversas perspectivas morales y sociales, desde el aula de clase. Mediante la presentación de dilemas morales, la discusión de mociones y la exploración de fundamentos morales, el juego busca desarrollar habilidades cognitivas, emocionales y comunicativas esenciales para ejercer, defender y difundir los derechos, participar activamente en la vida política y desarrollar una comprensión crítica de la sociedad y sus normativas. De acuerdo con lo anterior y lo visto durante el desarrollo de este juego en clase, es necesario dar claridad a través del presente texto.

Elementos clave a considerar al crear un dilema moral para discusiones con estudiantes

Al crear un dilema moral para las discusiones con estudiantes, es crucial considerar varios elementos clave. Estos incluyen la especificidad de los hechos, la introducción de un protagonista claramente definido y otros personajes de apoyo, el contraste de principios morales, la introducción de conflictos cognitivos, la consideración de posibles cambios en los personajes a lo largo del dilema, y ​​la terminación abierta del dilema para fomentar la reflexión y la participación de los estudiantes en la toma de decisiones éticas. Además, es importante redactar el dilema en primera persona para involucrar emocionalmente a los participantes y proporcionar una perspectiva más íntima, así como facilitar la creación de dilemas alineados con los objetivos educativos y que fomenten una reflexión profunda sobre cuestiones éticas y morales.

Desarrollo en practica

La contextualización de los escenarios, la descripción de cada personaje y el establecimiento de un dilema claro y conciso permite que se construyan argumentos más sólidos basados en el conocimiento que tenemos sobre cada personaje y la vida que llevan, además de que los personajes se relacionan lo que brinda mayor entendimiento y complejidad, debido a que las decisiones no son las mismas si el implicado es conocido o desconocido.

Por otra parte, se ha observado que en algunos dilemas tomar partido a favor o en contra de la moción puede requerir ir en contra de nuestras propias convicciones subjetivas. Esta situación resulta esencial para desarrollar la capacidad de apartarnos de nuestras propias perspectivas morales y criterios personales para estar dispuestos a defender una idea que, aunque no sea afín a nuestras creencias, debemos respaldar y argumentar en base al conocimiento adquirido sobre el conflicto y los personajes involucrados.

Además, se hace patente la necesidad de establecer una tabla de criterios objetivos para que los jueces puedan tomar decisiones imparciales, centradas en el papel de cada personaje en el debate. Se ha observado que, en algunas ocasiones, las intervenciones pueden ser completas y estar respaldadas por argumentos sólidos, pero al momento de asignar puntos, los resultados pueden ser decepcionantes. Esto se debe a que la subjetividad de los jueces, al ser también compañeros de debate, puede influir en sus decisiones. Por tanto, propongo la implementación de una tabla de criterios básicos que deben cumplirse para determinar el ganador de cada debate. Esta tabla proporcionará una guía objetiva y transparente para evaluar el desempeño de los participantes, asegurando así una competencia justa y equitativa.

Tabla de criterios básicos para determinar el argumento ganador en las intervenciones

CriterioDescripción¿Cumple? si/no
Dominio del tema: Demostrar un conocimiento profundo del tema, incluyendo los diferentes argumentos y perspectivas existentes.Evidenciar una previa preparación 
Claridad y lógica: Las ideas deben presentarse de manera clara, organizada y lógica, siguiendo un hilo conductor que permita al público comprender fácilmente el argumento.Utiliza un lenguaje sencillo y evita tecnicismos excesivos. Estructura su discurso en premisas, argumentos y conclusiones. 
Evidencia y soporte: Los argumentos deben estar respaldados por evidencia sólida, como datos, hechos, ejemplos y opiniones de expertos.Presenta estadísticas, gráficos, testimonios y otras pruebas que corroboren sus afirmaciones. 
Anticipación y refutación de contraargumentos: El participante debe anticipar los posibles contraargumentos de la otra parte y estar preparado para refutarlos de manera efectiva.Reconoce los puntos de vista opuestos y presenta argumentos sólidos para contrarrestarlos. 
Habilidades de comunicación: Las habilidades de comunicación incluyen expresión oral clara, contacto visual y lenguaje corporal adecuado.Modula su voz, mantiene un contacto visual constante con el público y utiliza gestos y expresiones faciales que refuerzan su mensaje. 
Capacidad de respuesta: Capacidad de responder preguntas y comentarios de manera reflexiva y precisa, sin perder el hilo conductor de su argumento.Escucha atentamente las preguntas y reformula las que sean necesarias para comprenderlas mejor. Responde de manera clara, concisa y relevante al tema en discusión. 
Respeto y cortesía: Mantiene un tono respetuoso y cortés hacia la otra parte y el público, incluso al presentar argumentos contrarios.Evita ataques personales, descalificaciones y lenguaje ofensivo. Reconoce los puntos de vista de la otra parte y se muestra abierto al diálogo. 
Persuasión: El participante debe ser capaz de persuadir al público de la validez de su argumento, utilizando recursos retóricos y apelando a las emociones y la lógica.Cuenta historias, utiliza ejemplos y metáforas que conecten con el público. Plantea preguntas que inviten a la reflexión. 
Manejo del tiempo: Gestionar el tiempo de manera efectiva para presentar todos los argumentos de forma clara y concisa.Hizo uso correcto del tiempo, y en caso de tener minutos de sobra permitió la realización de preguntas. 

La tabla anterior refleja, en mi opinión, los criterios fundamentales para determinar un ganador en un debate. Es esencial comprender que no se trata de elegir a personas, grupos o posturas como vencedores, sino de reconocer los argumentos más convincentes y mejor estructurados, independientemente de si coinciden o no con las posturas personales del juez. Además, como mencioné anteriormente, la correcta personificación de los participantes es crucial; estos deben asumir el rol de sus personajes sin perder de vista los criterios básicos establecidos en la tabla anterior.

Es fundamental garantizar la objetividad en la calificación de cada intervención en el debate. Los jueces desempeñan un papel crucial en este proceso, ya que su evaluación determina en gran medida el resultado final. Por lo tanto, es necesario que la objetividad de su calificación sea claramente demostrada. Para lograr esto, los jueces deben proporcionar explicaciones detalladas de por qué tomaron determinadas decisiones en cuanto a la puntuación de cada intervención. Esto implica analizar y justificar cada aspecto de la participación, desde la claridad y coherencia de los argumentos hasta la habilidad para responder a los puntos planteados por el oponente. Al explicar el razonamiento detrás de sus calificaciones, los jueces ofrecen transparencia y claridad, lo que ayuda a los participantes a comprender dónde pueden mejorar y qué aspectos están destacando.

Además, esta práctica fomenta la rendición de cuentas por parte de los jueces, ya que están obligados a respaldar sus decisiones con argumentos sólidos y justificaciones claras. Esto promueve un ambiente de evaluación más justo y equitativo, donde cada participante tiene la oportunidad de recibir una retroalimentación significativa y constructiva sobre su desempeño.

La objetividad en la calificación del debate se logra a través de la explicación detallada y fundamentada de las decisiones de los jueces. Esta práctica no solo garantiza la imparcialidad en la evaluación, sino que también promueve la mejora continua de los participantes al proporcionar una retroalimentación precisa y transparente sobre su desempeño. Por lo anterior, es que se hace necesario establecer los criterios mínimos para una intervención adecuada.

En consonancia con lo expuesto anteriormente, he observado que en algunas ocasiones quedan puntos de argumentación sin explorar debido a que los jueces no tienen la oportunidad de plantear preguntas durante las intervenciones. Por lo tanto, sería beneficioso establecer un tiempo designado, por ejemplo, de 2 minutos, para que los jueces formulen preguntas pertinentes a cada participante. Esta medida permitiría aclarar dudas, profundizar en ciertos aspectos y asegurar una comprensión más completa de los argumentos presentados.

Sin embargo, reconocer esta necesidad me lleva a un dilema, ya que la introducción de este tiempo adicional para preguntas podría generar ventajas o desventajas para ciertos participantes. Por ejemplo, aquellos con una capacidad rápida de respuesta podrían sobresalir en este segmento, mientras que otros podrían sentirse abrumados o incapaces de responder adecuadamente en el tiempo asignado. Esta disparidad potencial plantea cuestiones sobre la equidad y la igualdad de oportunidades en el debate.

A pesar de este conflicto, considero que la implementación de un período específico para preguntas podría ser una dinámica enriquecedora para el debate en su conjunto. Al proporcionar a los jueces la oportunidad de interrogar a los participantes, se fomenta un intercambio más dinámico y detallado de ideas, lo que contribuye a una evaluación más completa y justa del desempeño de cada individuo.

En última instancia, creo que es importante considerar cuidadosamente los posibles efectos de esta propuesta y buscar formas de mitigar cualquier sesgo o desigualdad que pueda surgir. Sin embargo, la introducción de un tiempo para preguntas representa una oportunidad para mejorar la calidad y la profundidad del debate, enriqueciendo así la experiencia para todos los involucrados.

Conclusión

La experiencia con el juego educativo «Dilemas Morales» ha sido sumamente enriquecedora y reveladora en mi desarrollo como estudiante de derecho y economía. Este juego, diseñado para promover competencias ciudadanas entre los participantes, ha proporcionado un marco sólido para la reflexión ética, el pensamiento crítico, la comprensión de diversas perspectivas morales y sociales y la estructuración de argumentos eficientes y contundentes.

Al analizar la estructura y los elementos clave del juego, se destaca la importancia de la contextualización del dilema, brinda un enfoque coherente y alineado con los objetivos educativos. La presentación de dilemas morales a través de historias con personajes bien definidos ha permitido explorar diversas situaciones desafiantes, analizar los fundamentos morales subyacentes y promover una discusión enriquecedora en clase.

La implementación de una tabla de criterios básicos para evaluar el desempeño de los participantes sería fundamental para garantizar una competencia justa y equitativa. Estos criterios abarcan desde el dominio del tema y la claridad en la presentación de argumentos hasta la capacidad de respuesta y el respeto hacia los demás participantes.

Además, la propuesta de establecer un tiempo designado para que los jueces formulen preguntas ha generado reflexiones interesantes sobre la dinámica del debate y la equidad en la participación. Aunque esta medida podría plantear desafíos en términos de igualdad de oportunidades, su implementación podría enriquecer el intercambio de ideas y asegurar una comprensión más completa de los argumentos presentados.

Mi experiencia con el juego educativo de «Dilemas Morales» ha sido una oportunidad invaluable para desarrollar habilidades cognitivas, emocionales y comunicativas esenciales para la formación de ciudadanos conscientes y comprometidos. A través de la exploración de dilemas morales y el debate de mociones, este juego ha promovido una reflexión profunda sobre cuestiones éticas y morales, preparándome para enfrentar los desafíos éticos y sociales del mundo actual con un enfoque informado y crítico.

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