La economía una forma concreta de pensar sobre el mundo

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Silvia Juliana Martínez Camacho

“La economía es un camino a la comprensión de cualquier faceta de la naturaleza humana y uno de los caminos más ilustrativos dado su rigor analítico” Diane Coyle.

La economía la catalogamos como una ciencia aislada a nuestro diario vivir. Pero en cierto sentido, todos realizamos continuas actividades económicas porque el mundo ha creado necesidades en el individuo que lo enfrenta a un conjunto de distintas alternativas por elegir. No obstante, la proximidad que tenemos con la economía hace el llamado para interesarnos y comprender los principales problemas que vivimos en la actualidad, pues al final de todo somos agentes productores o consumidores, y por tanto, en cualquier mercado hay una oferta y una demanda.

En este sentido, retomo la idea que Diane Coyle expresa, el objetivo de la profesión económica es ampliar las oportunidades y elecciones disponibles para todos en la vida cotidiana, ayudando al máximo número posible de personas a buscar su bienestar. Sin embargo, esta tarea resulta difícil para el economista al considerar que su laboratorio (los individuos) son complejos, tienen gustos, preferencias e intereses que logran cambiar a lo largo del tiempo, y además, no actúan siempre como un ser racional.

Pero aun siendo irracional es capaz de decidir y escoger por lo que en su sentido común cree que es lo más acertado. Por lo tanto, siendo aislado a lo que se concibe como economía, inherentemente maneja conceptos económicos que lo lleva a optar por una alternativa dado su coste de oportunidad y el beneficio que representa, con el objetivo de satisfacer una necesidad, llámese alimentación, vestido y porque no, ocio. Sin embargo, seguramente hay posibilidades que se chocan con restricciones presupuestarias que en ocasiones nos obligan a elegir entre la menos peor. El celular que quieres, la casa que sueñas o el carro anhelado deben esperar en algún momento, pues son “necesidades” que el mundo nos ha vendido y debemos enfrentarlas con los recursos que disponemos o incluso efectuar la mejor elección dado que hay primeras necesidades. Pues es evidente que una restricción presupuestaria tiende a ser inmóvil y no quedara otra opción que desplazar la curva de bienestar.

Es claro, que todos tienen que realizar elecciones para tomar las decisiones que cree oportunas, sin importar, sean o no las correctas, pues elegir bien no es una tarea fácil aun para un economista. No obstante, las decisiones que se tomen hoy seguramente afectaran el ahora y el mañana, en el sentido que la economía afecta a cada uno de nosotros todos los días. Seguramente si hoy estamos mejor que hace cinco años, y en general la población se encuentra en mejores condiciones, una buena parte de mejorar el bienestar está directamente relacionada con las decisiones que se tomaron anteriormente.

No obstante, como agentes económicos siempre estamos buscando la alternativa que mayor beneficio nos proporcione y en esta medida no es raro hablar de drogas, prostitución, narcotráfico, fama, etc. En últimas lo que favorece los intereses de los ciudadanos en general requiere usualmente de una comparación de costes y beneficios. Y entonces, lo que nos preocupaba es cuánto ingreso disponible tenemos, los precios de los bienes, o quizás las deudas, o incluso su conjunto. Así pues, la ilegalidad en el caso de las drogas puede ser un claro ejemplo de los altos beneficios que representa para un individuo o industria optar por esta alternativa. Prohibir las drogas limita la competencia de la oferta lo que genera un potencial ingreso y a su vez hace el negocio rentable.

Ahora conéctemelo con los problemas actuales, concretamente la violencia y delincuencia. No cabe duda que esta prohibición es causante de la criminalidad entre compradores y vendedores. El tema de los precios elevados está creando una guerra por financiar su adicción lo que parece normal en el medio social en que viven. Quizás otros pensaran que no se justifica dañarse a sí mismos o estar en un negocio que representan alto riesgo pero son decisiones en las que el agente cree maximizar la utilidad o en su bienestar.

Finalmente se podría citar un sin número de cualquier faceta de la naturaleza humana y ofrecer una visión parcial del alcance de la economía y la proximidad que establecemos con esta ciencia. Así pues, el análisis económico se convierte en una linterna que nos ayuda a avanzar por la niebla de la confusión y la complejidad del mundo que nos rodea.

Bibliografía

Coyle, D. (2006). Sexo, drogas y economía: Una introducción poco convencional a la economía (p. 260). Madrid: Thomson.

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