La nueva dictadura alimentaria

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Sebastian Morales

Hace mucho tiempo que no se había notado una inconformidad tan grande del pueblo colombiano frente al abandono del estado, mostrando indignación y rechazo respecto a las malas decisiones tomadas por un gobierno inconsciente de los sufrimientos y miseria, vividos por gran parte de nuestros conciudadanos. En busca de soluciones prontas y eficaces se agruparon en una sola voz y lucha, para desarrollar una de las más grandes muestras de defensa de sus derechos, llevando a cabo el PARO AGRARIO. Una de las grandes causas, sin duda, es la aplicación de los tratados de libre comercio, asumidos bajo un gran “análisis económico”; o es lo que dirían los grandes precursores de esta “magna obra”, que en su afán de competir con grandes potencias, descuidaron lo primordial del juego  (ser competentes). Seguramente en estos tiempos, de lo que más se habla es de los tratados y para no profundizar más acerca de ellos nos enfocaremos en una de sus consecuencias; la ley 9.70.

El gobierno colombiano en el 2010 promulgó una serie de leyes y resoluciones en tiempo record. El objetivo: lograr la firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Una de las condiciones que puso el gobierno de Barack Obama y su antecesor George W Bush fue una legislación sobre la privatización de la semilla.

Una de esas leyes es la RESOLUCION 9.70. Esta resolución prohíbe una práctica milenaria que los campesinos realizaban a la hora de producir alimento, que consistía en reservar parte de su cosecha para la próxima siembra. De esa manera obtenían semillas cada vez más fuertes y cultivos más eficientes. La resolución 9.70 impide esto y condena a quienes lo hagan a la cárcel, además regula la producción, el uso y la comercialización de semillas en Colombia, prohibiendo la utilización de semilla no certificadas.

“Hace ya décadas estaba pronosticado que llegaría el momento en que tener una semilla sería un crimen. Parecía ciencia ficción imaginar que un campesino no podría guardar semillas para la próxima cosecha, como lo había venido haciendo por milenios. Sin embargo, es un hecho.” Dharmadeva.

El caso más relevante y conocido es el de Campoalegre, un municipio correspondiente al departamento del Huila. En el 2011 el organismo encargado del control agropecuario en Colombia (ICA) llegó hasta el municipio e incautó 70 toneladas de arroz. Luego regresó en un violento operativo con fuerza pública y finalmente destruyó la semilla en un basurero por considerarla ilegal. En total 70 mil kilos de comida fueron arrojados a la basura, y los campesinos dueños del arroz tuvieron pérdidas millonarias y fueron judicializados. ¿Pero porque arrojar la comida? Esta serie de atropellos y arbitrariedades ha generado un fuerte debate público en los medios de comunicación y en las redes sociales e indignación de muchos agricultores y ciudadanos.

El ICA determinó que los agricultores violaron la resolución 9.70 de 2010, que regula la producción, el uso y la comercialización de semillas en Colombia. Este no ha sido un caso aislado, puesto que el ICA desde el año 2010 viene realizando brigadas por todo el país, en las cuales realiza decomisos e instaura procesos de judicialización a productores y comercializadores de semillas que usurpen los derechos de obtentores vegetales y que violen la resolución 9.70. Es así como entre 2010 y 2011 el ICA reportó el decomiso de 1.167.225 kilogramos de semilla, la mayoría de arroz; pero también de papa, maíz, trigo pastos, frijol, entre otras. En el año 2012, el ICA rechazó 2.793.392 kg de semilla de arroz por no cumplir con los requisitos exigidos.

¿A quiénes benefician las leyes de semillas? La mayoría de semilla certificada proviene de capital extranjero. Los países industrializados han presionado a los países del Sur para que adopten leyes de patentes sobre la materia viva y normas de derechos de obtentores vegetales sobre los granos, que pretenden entregarle a las empresas semilleras el control de todo el sistema; definen a quienes son los dueños del producto, cuales se pueden vender y cuáles no, y desconocen los derechos de los países de origen de la biodiversidad y especialmente los derechos de los agricultores sobre sus semillas.

Actualmente el 82% de las semillas comercializadas en el mundo están patentadas y solo diez empresas transnacionales controlan el 77% del mercado; de estas solo tres, Monsanto, Dupont y Syngenta, controlan el 47% del comercio. En Colombia solo el 8% de las semillas certificadas las han patentado empresas colombianas.

El documental de Victoria Solano en YouTube es una denuncia aterradora. Si el campesino enfrenta el monopolio de las corporaciones y guarda sus semillas «patentadas», se va para la cárcel o paga enormes multas. Estamos en las manos de las multinacionales y de lo que quieran meternos a la boca, a los precios que quieran.

Nuestros dirigentes, ciegos codiciosos, optaron por proteger una docena de semillas extranjeras genéticamente modificadas antes que proteger el patrimonio de miles de semillas que habían sido descubiertas o adaptadas y amadas por siglos en América. Y nunca les contaron a los campesinos que esto les sucedería a menos de un año de la firma del TLC, ni los prepararon para la catástrofe.

¡Hay que pelear de nuevo por las semillas libres de control monopolista! Y ejercer presión frente al estado y sus malas políticas de expansión, que favorece multinacionales extranjeras y productos génicamente modificados. Debemos dar un paso a la reflexión y pellizcarnos acerca del futuro que les espera a nuestros hijos.

Referencias

Tener una semilla es un delito: la nueva dictadura alimentaria

http://www.elespectador.com/opinion/tener-una-semilla-un-delito-nueva-dictadura-alimentaria-columna-439703

Atención Colombia: ¡nueva ley antisemillas 9.70 recargada! / ica miente / especial documental atropello desmedido, paro nacional agrario ¡¡¡ por el respeto!!!

http://armonicosdeconciencia.blogspot.com/2013/08/atencion-colombia-nueva-ley.html

Documental 9.70 de Victoria Solano

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